jueves, 27 de marzo de 2008

Epílogo

Poesía y tradición: registrar el paso del tiempo

El propósito de recoger flores y atarlas en un ramo, ya para regalar con su aroma y variedad, ya para alegrar en su colorida composición a la vista, ha sido costumbre antigua que aún se conserva; el enamorado reúne en sentido figurado, aquellas prendas que habrán de ser obsequio de su más alta consideración, y, atadas por fuerte cuenda sugerirán a quien objeto sea de tal manifestación, la seguridad de los afectos y la indeclinable voluntad de expresar así su entrega. De igual modo en la poesía, el reunir diversas composiciones de distintos autores o épocas con el objeto de mostrar y compartir el tesoro de nuestras preferencias en torno a un tema, un estilo o una lengua, se le ha llamado desde la antigüedad recoger flores, lo que la voz griega antología quiere decir. Aunque el propósito inicial haya sido el de preparar un ramo que por sí mismo pueda dar idea del jardín de donde ha sido tomado, la elección de sus componentes, el número, la variedad y sobre todo el efecto final de conjunto es lo que dará virtud de afortunado o feliz al ejercicio. Se entenderá por tanto, que cuanto más cultivado esté el jardín de donde provienen los elementos de la composición mejores habrán de ser las muestras de su cosecha.

Ponemos en las manos del lector una selección de la poesía mexicana aparecida en revistas y periódicos durante el año 2004, la variedad de estilos, temáticas y estéticas, dibujará en perspectiva un mapa de la lírica mexicana actual; veremos aquí las propuestas más atrevidas así como la confirmación de nuestras tradiciones literarias más fecundas; los autores considerados para este retrato incluyen todas las generaciones publicadas a partir de la mitad del siglo XX hasta nuestros días; el ánimo de la selección corresponde más a la filiación del gusto que a la de reflejar una determinada disposición crítica o temática, se trata de una antología de poemas, antes que de una antología de poetas.

Para su conformación se consultaron todas cuantas revistas y suplementos llegaron a nuestras manos, registrándose la lectura de más de noventa publicaciones de todo el país cuyo archivo inicial recopilaba más de dos mil quinientos poemas y de los cuales se seleccionaron en una primera fase cerca de cien autores. La notable inclusión de este género en las publicaciones periódicas de nuestro país nos habla de la salud de la poesía mexicana actual a pesar de los muchos malos augurios que continuamente escuchamos en cafés y mesas redondas; en esta muestra se encontrarán poemas publicados en revistas de gran prestigio lo mismo que aquellos que han sido impresos en un primer número de una revista; reconoceremos aquellas presencias fijadas ya por el azar del gusto, así mismo como ausencias que brillan al decir de Tácito; las calidades serán valoradas por el lector, a nosotros nos parece que aquí se reúnen obras cuyo pulimento se encuentra en estado de perfección, como también voces que emergen por primera vez pero cuyas sonoridades prefiguran un destino remarcable para nuestras letras.

La pluralidad de voces será, sin duda, la característica peculiar de este ejercicio: reconocemos que aún predomina el uso del verso frente a la prosa; que la participación de las voces femeninas adquiere una mayor presencia en el ámbito nacional; que es importante observar que la poesía en lenguas indígenas ha logrado un espacio cada vez mayor en los canales de difusión así como diversos apoyos fundamentales para su promoción; que los jóvenes poetas continúan generando proyectos editoriales en torno a los cuales se reúnen visiones, grupos o inclinaciones estéticas específicas, así como también se enfrentan y se combaten nociones de nuestra tradición que a veces se antojan incompatibles.

Entre los materiales recopilados en este volumen se encuentran algunos poemas inéditos o al menos no recogidos en libros de autores mexicanos ya desaparecidos, la exhumación de un texto de Gilberto Owen o la republicación de un poema de Rosario Castellanos, son felicísimas coincidencias que se han dado en este periodo; la recuperación de Consejos de 1 discípulo de Marx para 1 fanático de Heidegger de Mario Santiago Papasquiaro, nos permite reconocer una visión particular e importantísima de la poesía mexicana de entre siglos; su postura ideológica y estética resuena hoy en los intereses de nuevas generaciones de autores que se han dado la oportunidad de releerlo a la luz de su renacimiento en la ficción como el Ulises Lima de Los detectives salvajes de Roberto Bolaños. Agradecemos a Rebeca López su amable disposición para que este poema fuera incorporado a estas páginas.

Una de las dificultades mayores que enfrentamos en este proyecto fue la de localizar y confrontar con ayuda de los autores sus originales con la versión finalmente publicada en cada revista o periódico, agradecemos la colaboración que obtuvimos de ellos la cual nos ayudó a fijar las versiones definitivas de cada texto. Queremos hacer mención de la invaluable ayuda que recibimos de instituciones y personas para la consecución del proyecto, a Patricia Goenaga de la Fundación para las Letras Mexicanas que nos proporcionó algunos datos de localización de los autores, a María Guadalupe Ramírez de la Biblioteca de México y a su director el maestro Eduardo Lizalde, y en especial a Jorge Peláez por su colaboración en la recopilación de materiales. Me reconozco feliz participante de esta idea que revitaliza la tradición de registrar el paso del tiempo a través de sus mejores obras.

Se lee para conocer, para ensayar en otras vidas la nuestra; el oficio de lector, de lector aplicado y diligente obtiene frutos casi siempre íntimos, nos llena de prendas valiosísimas pero invisibles, ilumina el sendero oscuro que va de nuestro corazón a nuestra cabeza y en ocasiones, esa luz puede alumbrar el camino de los que están cerca. Es el tesoro más personal que podremos tener, difícilmente habremos de comunicar a los otros como opera el enredado sistema de nuestra predilección, las resonancias espirituales que un texto provoca en otro aunque sus temas o su tratamiento nos parezcan distantes, la maravilla impar que dos lectores obtienen de una misma línea. Así de delicado y sutil es el perfume de la lectura.

Mario Bojórquez

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